Hoy inauguramos un nuevo espacio de contenidos en Enjoy Wine, el “Enólogo del mes”, un proyecto en el que, a través de charlas con productores, profesionales y amigos de Enjoy en general, conoceremos algunos de los proyectos vitivinícolas más ilusionantes del momento.
Empezaremos por uno de los bodegueros más influyentes de Cataluña en los últimos años, Pionero del Priorat que junto a su mujer, la enóloga Mariona Jarque, con su trabajo consiguieron poner en el mapa una Comarca hasta entonces olvidada, estamos hablando de Carles Pastrana, propietario y fundador de Costes del Siurana, mundialmente conocido por su vino Clos de l’Obac.
Buenas tardes Carles, para ponernos un poco en contexto, es importante recordar que a pesar de que en el Priorat se elabora vino desde hace cientos de años, no fue hasta los años 80 que se empezó a hacer vino de calidad.
Cómo decidiste emprender un proyecto en el Priorat con el poco prestigio que tenía la comarca en aquel momento? Cómo viviste esos primeros años?
Esa es una buena historia: A finales de los setenta (¿78-79?), yo había vuelto de USA (una sociedad nueva, abierta, avanzada y llena de oportunidades) intentando encajar de nuevo en lo que era la Tarragona de los años 70. Por aquellos días, y antes de irme a Estados Unidos, había reaparecido en Tarragona un viejo amigo del barrio y de los juegos de infancia, René Barbier, con quien habíamos sido vecinos cuando éramos niños, y con quien hacía muchos años que le perdíamos la pista. Pues bien, a partir de ese encuentro fortuito, tanto yo como, posteriormente, mi mujer Mariona, establecimos una sincera e íntima relación de amistad con él y su mujer Isabelle.
Por aquellos días, René trabajaba para una pequeña bodega riojana introduciendo sus vinos en el mercado europeo. Era una persona joven e inquieta con el deseo (lógico) de forjarme un futuro atractivo para mi familia y para mí, y como periodista trabajé en medios radiofónicos en Tarragona y en prensa escrita en Barcelona.
Durante estos primeros años de reencuentro, de vez en cuando, las dos familias -con sus respectivos hijos aún muy pequeños-, pasaban los fines de semana en una finca que René e Isabelle habían comprado en Gratallops. Éramos muy jóvenes, con muchas ilusiones y, muchas veces, hablábamos de lo que nos gustaría para nuestro futuro. Así tejimos lo que sería nuestro proyecto de vino y vida y decidimos lanzarlo juntos. Así empezó todo, y así, de la mano de René, Mariona y yo, empezamos a saber algo de los grandes vinos y de cómo nació el proyecto “Los Nuevos Priorat”, que nos llevaría años llevar a cabo y durante a la que se unieron diferentes personas de diferentes países europeos.
Si hay algo que destaca en sus vinos es su increíble potencial de guarda. Cuáles considera que son las claves para que un vino envejezca bien y qué hace que los vinos Clos de l’Obac sean tan longevos?
Para hacer un gran vino de crianza hay que partir de un gran fruto y poner los cinco sentidos en todo el proceso que va desde la viña hasta el embotellado, pasando por la elaboración y la crianza. En el Priorat estás ante un terroir pizarroso muy especial, una orografía muy complicada y un clima difícil. Todo ello da lugar a bajos rendimientos, que en esta DO siempre han dado vinos de gran concentración, muy estructurados y con una personalidad única y, en consecuencia, con un gran potencial de guarda. A partir de entonces, el secreto fue realizar elaboraciones impecables a través de una pulcritud obsesiva durante los procesos que van desde el viñedo hasta el embotellado -pasando por labranza, elaboración y crianza- evitando que cualquier agente externo altere o dañe el producto final, es decir, el embotellado. vino y su potencial longevidad.
Hablando de crianza, ¿cuál crees que es el mejor momento para disfrutar de tus vinos y cuáles son para ti las grandes añadas de Costes del Siurana?
Esta es una pregunta emocionante para nosotros. Nuestra bodega es única en el mundo en el sentido de que sus vinos (Clos de l’Obac, Dolç de l’Obac, Miserere y Kyrie) se basan en cuatro «coupages fijos» diferentes que se repiten, añada tras añada, tan pronto como producen siempre de los mismos viñedos, las mismas variedades de uva y los mismos porcentajes de cada variedad, lo que hace que cada añada sea sutilmente diferente porque es un reflejo de sus variaciones climáticas. Así, puede ocurrir que el vino de una añada más joven empiece a ser extraordinario antes que el de una más vieja, ya que es el clima de cada añada el que definirá el «momento» para descorchar la botella, entendido como la armonía entre acidez, azúcares, y equilibrio del conjunto en boca.
¿Qué opinas de las nuevas clasificaciones aplicadas en el Priorat, que permiten distinguir sus vinos según el pueblo o parcela de donde proceden?
bueno ahi yo